Vrana XVI: Arsgulf
Aquella noche los nervios no dejaron que Vrana pegara ojo. Las dudas, las preguntas y los pensamientos se arremolinaban y le hormigueaban en el estómago. Tenía muchas ganas de ver Arsgulf, y si, efectivamente, sus recuerdos volvían junto a sus seres queridos. Pero también mucho miedo a que no fuera así. No quería defraudar a Knar, ni al resto de su comunidad, o que la rechazaran por no ser la mujer que ellos recordaban. No sabía qué decirle a su hijo cuando lo viera después de dos años de abandono, o cómo explicarle su falta de memoria. Había tantas cosas que tenías ganas de descubrir y que al mismo tiempo la aterrorizaban... Knar se despertó con el alba, y se encontró a Vrana ya en pie y con unas terribles ojeras. Aún así, la mujer era totalmente incapaz de sentir sueño o cansancio. Comieron rápidamente y empezaron a descender hacia un valle cercano. Knar también se mostraba entusiasmado. A pesar de estar también agotado, no paró de hablar ni un minuto mientras anda